Los funerales de El Gallito - por Carlos R. Flores
Los funerales de El Gallito Acababa de almorzar cuando vi el mensaje en el móvil. Era mi esposa, quien me informaba, con tristeza notoria, de la muerte de El Gallito. Este era el esposo de su mejor amiga, Dorotea Bustamante, conocida por muchos aquí en la ciudad como la pastora Bustamante. “Ni modos”, le dije. “Vamos a ir a la vela hoy temprano. ¿Me imagino que ya averiguaste dónde va a ser?” “Funeraria La Senda, por supuesto”, me dijo como asegurando la proverbial reputación de formalidad y tradición de dicha casa de pompas fúnebres. “A partir de las 4.00 p.m. Va a ser una vela muy concurrida”, finalizó diciendo. Empecé a adelantar ciertos trabajos que tenía pendientes, para asegurarme de ir a la vela de El Gallito sin problemas de tiempo, sobre todo también, por el tráfico de locura a esa hora en la ciudad capital, el cual hacía que cualquier diligencia en esa franja de tiempo, tomara horas enteras. La verdad es que a El Gallito, solamente una vez le vi, en una fiesta de u...